La Vall d’Uixó es uno de los pocos municipios de la Comunitat Valenciana que ya ha incorporado el uso de los drones para «garantizar la eficiencia de la administración pública y poner las nuevas tecnologías al servicio de la ciudadanía, como una solución a sus problemas», según explicó ayer la alcaldesa, Tania Baños, en la jornada de prueba de este nuevo sistema de vigilancia.

Hace unos meses, el consistorio anunció la firma de un convenio con la Universitat Politècnica de València, que ayer se concretó en una primera experiencia piloto para comprobar sobre el terreno el funcionamiento de este sistema pensado, en primera instancia, para prevenir y en su caso identificar los robos en el campo, pero también para controlar y tratar de atajar «uno de los problemas más graves» que sufre el término municipal: el vertido incontrolado de residuos, según afirmó el concejal de Medio Ambiente, Fernando Darós.

Aunque será la Policía Local la que controlará este dispositivo, ayer fueron dos técnicos de la universidad los que hicieron una demostración del trabajo que se puede desarrollar desde el aire. En concreto, Israel Quintanilla, professor de la UPV, explicó que, en el caso de los vertidos incontrolados «se establecerán parámetros y escenarios operacionales para realizar los vuelos de verificación».

El primer paso consiste en «georreferenciar y cartografiar» los lugares más sensibles, «para identificarlos y posicionarlos en un mapa, a partir del cual se realizarán modelos digitales del terreno» que permitirán «ver la variación que se produce en el tiempo», de manera que no solo se identifica dónde se producen los vertidos, sino cuáles son los que tienen más incidencia.

La efectividad de los drones para estos menesteres se pudo constatar de manera inesperada ayer, dado que en uno de los reconocimientos se identificó a unas personas realizando un depósito ilegal de escombros. Quintanilla especificó que estas naves no tripuladas «pueden elevarse hasta 120 metros de altura, abarcando un radio de 500 metros, lo que supone una superficie de 80 hectáreas», una mejora exponencial de la opciones de vigilancia.